La regla de tres es una poderosa técnica de comunicación, que consiste en articular las presentaciones en tres puntos. Permite orientar a la audiencia con una estructura fácil de comprender y recordar, siendo un recurso ampliamente utilizado por directivos, periodistas y políticos para conseguir comunicaciones más efectivas. En la literatura popular también encontramos numerosos ejemplos: “los tres cerditos” eran tres, no dos ni cuatro, al igual que los “tres mosqueteros”. Por su parte, Pavarotti, Placido Domingo y Carreras eran “los tres tenores”. Incluso los Reyes Magos son tres.
Uno de los maestros en el uso de la regla de tres fue Steve Jobs. Por ejemplo, en la presentación del iPhone 1 en 2007, señalaba: “Today we are introducing three revolutionary products. The first one is a widescreen iPod with touch controls. The second is a revolutionary mobile phone. And the third is a breakthrough Internet communications device.” El auditorio aplaudía y Jobs continuó repitiendo los tres productos, haciendo ver que, en realidad, eran uno solo: “Are you getting it? These are not three separate devices, this is one device and we are calling it iPhone. Today Apple is going to reinvent the phone”.
Otro ejemplo es el célebre discurso pronunciado por Jobs en la universidad de Stanford en 2005: “Today I wanna tell you three stories from my life. That’s it, not big deal, just three stories. The firs story is about connecting the dots (…)”.
Carmine Gallo, columnista en Businessweek, en su libro “Las presentaciones: Secretos de Steve Jobs”, cita diferentes discursos de los presidentes John F. Kennedy (cuyo escritor era Ted Sorensen) y Barack Obama en los que se observa la aplicación de esta regla. A menudo, además de dividir el propio discurso en párrafos de tres oraciones, hasta las mismas oraciones contienen tres puntos. El objetivo es crear secuencias numéricas que faciliten la asimilación del mensaje para quienes lo escuchan.
Como puede comprobarse, la regla de tres simplifica el discurso y facilita su seguimiento por el receptor. La existencia de “tres partes”, “tres características” o “tres historias” se revela como un instrumento tremendamente útil para comunicadores en cualquier ámbito.
Photo by Matthew Yohe.