El concepto de car-sharing o coche compartido puede resultar confuso para muchos, en especial debido al auge de múltiples servicios que, de una forma u otra, promueven un uso colaborativo del coche. Me propongo realizar aquí una breve clasificación que quizás sea ilustrativa.
Car-sharing clubs
Servicios de coche compartido cuyos clientes o socios pueden alquilar por horas los diferentes coches a su disposición. Los vehículos son propiedad de la empresa de car-sharing (o los controla mediante leasing o renting), que los ubica distribuidos por lugares estratégicos en la ciudad.
Lo normal es que los socios del club paguen una cuota mensual o anual por el acceso a esta flota, más una tarifa variable por kilómetro y fracciones de tiempo. Las reservas pueden hacerse vía web o app, y la apertura del vehículo reservado se realiza mediante tarjeta inteligente o teléfono móvil. El coche ha de ser devuelto en el mismo punto en el que se recogió, que con frecuencia será un parking público.
En España, la empresa pionera fue Avancar, con presencia en Cataluña, que fue adquirida por la estadounidense Zipcar. Sus pasos fueron seguidos hacia 2009 por otras compañías como Bluemove (que absorbió a la sevillana Cochele) y Respiro, en Madrid, y Clickcar, en Bilbao. Este difícil mercado también se ha cobrado algunas víctimas, como Hellobyecars, que operaba en Madrid y Zaragoza. (Update: Europcar ha adquirido a Bluemove en junio de 2016).
A nivel internacional, el ejemplo paradigmático es Zipcar, comprada por Avis por 500 millones de dólares.
Una variante interesante es la de Car2Go, empresa subsidiaria del grupo Daimler AG (Mercedes), que funciona en Madrid desde el año pasado con una flota 100% eléctrica, y que permite a los usuarios dejar los vehículos en cualquier punto dentro de un radio determinado.
En total, en estos momentos la flota de coches habilitados para compartir de esta manera en España es de unos 1.000 vehículos.
Peer to peer car rental
En este caso, los particulares alquilan sus propios vehículos por horas o días a otros particulares, a través de una plataforma marketplace que les pone en contacto. Aquí, la problemática gira en torno a cómo realizar la entrega y devolución de llaves (en persona o a través de un buzón o similar). Otro problema frecuente al que estos operadores han tenido que hacer frente es el de conseguir pólizas de seguro adecuadas, además de solucionar los pagos online entre particulares.
Socialcar es la empresa española que sobresale en este apartado, con 5.000 vehículos registrados en su sistema y presencia en 600 poblaciones. En el plano internacional, algunas de las empresas líderes son GetAround (USA) y Drivy (Francia).
Carpooling
Estas plataformas ponen en contacto a conductores y pasajeros para que puedan compartir sus viajes en coche. Lo decisivo es que los usuarios comparten costes de viaje (gasolina, depreciación del vehículo, etc.), o sea, no hay una actividad profesional o con ánimo de lucro. La plataforma, en este sentido, actúa como mero intermediario (y puede que cobre una comisión por ello), sin que asuma una actividad de transporte de pasajeros.
Amovens es la empresa española que compite aquí con la francesa Blablacar, que si no me equivoco es la start-up europea que ha conseguido “levantar” más fondos de capital riesgo (unos 300 millones de dólares hasta la fecha; Blablacar adquirió a su vez a la alemana Carpooling.com por 25 millones de dólares). Amovens, que se fusionó con la danesa GoMore, ha lanzado asimismo un servicio de alquiler de coches entre particulares.
Taxi apps
Son servicios sustitutivos del taxi tradicional, basados en el uso de una aplicación móvil que facilita el proceso de reserva por parte de los usuarios. El Juzgado de lo Mercantil número 2 de Madrid decretó el cese de actividad de Uber en diciembre de 2014, que desde entonces no ha podido operar en España (update: Uber ha reanudado sus operaciones en Madrid en marzo de 2016). Sí lo hace Cabify, que cuenta con conductores profesionales con licencia, y que hasta el momento ha podido mantener su actividad bajo un modelo similar al de las agencias de viajes.
En Estados Unidos, Uber se consolida en primera posición, seguida por Lyft. Sidecar ha quedado fuera de la pelea y ha “pivotado” hacia los repartos a domicilio.