El pasado viernes vivimos uno de los días más extraños en las oficinas de Liftshare (con sede en Norwich, Reino Unido). Mis compañeros ingleses, que habían votado “remain”, se levantaban incrédulos ante la noticia de que el Brexit era una realidad. La conmoción y el desaliento eran palpables; estábamos en estado de shock.
Progresivamente vamos conociendo más detalles sobre cómo ha podido darse tal resultado, que solo se explica por la ignorancia de un elevado porcentaje de la población acerca de lo que la UE representa, así como por la magistral campaña de manipulación orquestada el “leave”. Dos tipos de escenarios me han llamado la atención:
- Un caso cercano de quien declara haber votado “leave” simplemente por ser británico y porque apoya al Reino Unido, pero que nunca pensaba que el “leave” fuera a ganar (en cuyo caso hubiera votado “remain”).
- Las zonas rurales y personas mayores de 50 años han sido los impulsores del “leave”, y ha sido un voto contra la inmigración. Pero no necesariamente contra la inmigración procedente de la UE, sino contra la de Siria, Iraq o de cualquier parte.
En resumen, buena parte de los ingleses no sabían qué votaban. El siguiente gráfico de Google Trends es suficientemente ilustrativo.
Si hoy se volviera hacer el referéndum, el “remain” ganaría por goleada. Mientras escribo estas líneas, una petición popular para realizar un segundo referéndum supera ya los 2 millones de firmas, record sin precedentes en este tipo de propuestas; en Twitter veo también el trending topic #Regrexit.
Sea como sea, me pregunto cómo afectará el Brexit a las startups tecnológicas europeas, en particular a las inglesas y españolas. En estos momentos no se puede más que especular, si bien enuncio algunas reflexiones:
- Londres (donde el “remain” fue apoyado por un 60% de los votantes) y Reino Unido en general tienen actualmente más bien déficit de perfiles tecnológicos (project managers, desarrolladores, diseñadores, etc.). Además, una de las fortalezas de Londres en concreto es la multiculturalidad de sus equipos. Las incertidumbres generadas por el Brexit posiblemente frenen la inmigración cualificada proveniente de otros países europeos, provocando una mayor escasez de ciertos perfiles y su consecuente encarecimiento.
- Entre las incertidumbres se encuentra la caída de la libra. Su efecto inmediato es que Reino Unido resulta menos atractivo para trabajadores del resto de Europa, y los que están podrían marcharse, puesto que una libra débil implica para ellos una pérdida de poder adquisitivo. A la par, las empresas británicas que sean exportadoras pueden beneficiarse a corto plazo de la bajada del pound, pues sus productos resultarían más baratos en el exterior (sin embargo, y dependiendo del devenir de las negociaciones de salida, este efecto podría contrarrestarse con dificultes a las exportaciones a la UE).
- El resultado es que otras plazas con ecosistemas starups desarrollados, como Dublín, Berlín, Paris, Madrid o Barcelona pueden verse favorecidas y canalizar mayor talento. Acabo de ver este post en Linkedin de un recruiter berlinés haciendo lo propio.
- Del lado español, Londres ha sido un paso natural para el crecimiento de diversas startups españolas, sobre todo como sede comercial (manteniendo el desarrollo en España u otros países) y lugar donde conseguir inversión; valgan los ejemplos de JobandTalent, SocialBro o Living Indie. Las incertidumbres pueden hacer replantear este tipo de movimientos y mirar hacia otros enclaves.
Mi pronóstico es que, puesto que se trata de una decisión en la que nadie sale beneficiado desde un punto de vista económico, al final se tratará de un Brexit descafeinado. Reino Unido saldría de la UE, pero seguiría siendo parte del mercado único en condiciones similares a las actuales. La pregunta en el corto y medio plazo es cómo reaccionará la economía en general a un proceso que puede dilatarse durante años, y si puede desencadenar una recesión en Reino Unido o, incluso, en toda Europa.
